¿Qué beneficios tienes al ser un AFILIADO DF SWIMMING?

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DF SWIMMING ACADEMY es el puente entre tú y quienes buscan mejorar su experiencia en la natación.


💡 El problema actual

Miles de instructores, entrenadores y nadadores tienen experiencia y habilidades valiosas, pero no saben cómo conectar con quienes más los necesitan.

Al mismo tiempo, miles de personas buscan desesperadamente una alternativa para aprender a nadar. Y esto es lo que ocurre:

Situación: Un adulto de  50 años nunca ha aprendido a nadar, por diferentes razones, y llega a esta edad con dinero y tiempo para cumplir su deseo. Tiene dos opciones: 

  • A)Ir a la piscina más cercana y consultar por clases de natación para Adultos desde cero.
  • B) Buscar en internet algún profesor particular de clases de natación.

🧍‍♂️ Caso A – El sistema tradicional

Raúl, 50 años. Nunca aprendió a nadar. Hoy tiene tiempo y recursos. Decide cumplir su sueño.

La piscina a la que acude no tiene un curso específico ni individualizado. Por ende, Raúl no siente seguridad para asistir a una clase grupal sin saber siquiera cómo meterse al agua. El precio es muy accesible: le ofrecen dos clases semanales con ocho adultos de diferentes niveles.

Raúl cree que entorpecerá la clase y, además, no para de pensar en que no hará pie en toda la piscina y que podría ahogarse. De todos modos, asiste a la clase gratuita.

Ese día llega a la piscina. Hay mucho bullicio, es hora pico. No sabe ni dónde dejar sus cosas, ni cómo se colocan las gafas. El socorrista lo riñe porque no se ha duchado, y, todo nervioso, llega tarde para meterse al agua, donde ve a personas que ya saben nadar yendo y viniendo.

Muy nervioso, dice su nombre al coach y así comienza su experiencia de aprender a nadar.

Actividad Nº1:
—¡Vamos a empezar! Hacemos dos piscinas de crol y dos de espalda. ¡Tres, dos, uno, va!

Raúl, que es valiente, se pone último en la fila para salir. Se coloca las gafas al revés, todas empañadas, y mira al de al lado para ver cómo era “crol”. A la cuenta de tres, se lanza.

Automáticamente empieza a mover piernas y brazos con los ojos cerrados y aguantando la respiración. Tres segundos más tarde, Raúl saca la cabeza desesperado, sin hacer pie. No se había movido ni medio metro. Traga dos litros de agua. Un compañero lo coge del brazo y lo ayuda a salir de la piscina.

Debut y despedida.

El profesor, de 21 años, que estaba en el bordillo mirando el móvil, no se percata de la situación. Solo ve que Raúl sale tosiendo de la piscina, muy agitado y frustrado.

—¡Ey, Raúl! ¿Qué ha pasado, ya te vas? —dice en tono amistoso y burlón.

Raúl lo mira con cara de pocos amigos. Sin emitir palabra (pues no podía, aún escupía agua con cloro), sigue rumbo al vestuario masculino.

Debut y despedida…

  1. Va a la piscina más cercana.
  2. Le ofrecen un curso grupal: 8 personas, diferentes niveles.
  3. Él no sabe flotar ni cómo colocarse las gafas.
  4. La clase comienza con: “2 piscinas de crol y 2 de espalda”.
  5. Intenta lanzarse, pero entra en pánico. Traga agua.
  6. El instructor ni se entera. Raúl sale frustrado. No vuelve más.

Resultado: Debut y despedida. Una oportunidad más perdida por un sistema que no está diseñado para él.


🧑‍💻 Caso B – La búsqueda digital

Una vez pasadas tres semanas, Raúl decide darse una segunda oportunidad. Esta vez busca en internet. Está dispuesto a pagar más por clases personalizadas. Escribe en el buscador: “clases de natación para adultos mayores personalizadas”.

En los primeros resultados aparece un portal de clases particulares: lasclasesindividuales.com. Pincha y comienza a buscar a su profesor. Hay más de 20 en la lista: desde adolescentes de 16 años que buscan sacarse un extra, hasta profesores universitarios de matemáticas aficionados a la natación en aguas abiertas que se ofrecen para enseñar.

Destacan dos o tres perfiles con imágenes más trabajadas y reseñas positivas (más de 20). El precio por clase supera hasta cinco veces lo que había pagado por un mes en la piscina de su barrio (dinero que ya pagó por toda la temporada, pero que no le han reembolsado).

Termina eligiendo al que más confianza le genera: un profesor con más de cinco años de experiencia con adultos. Unos 30 años, atlético, con un perfil de Instagram donde sube contenido. En el anuncio dice que se desplaza a cualquier piscina de la ciudad.

Raúl no es de dar muchas vueltas. Ya es grande y está decidido a aprender. Le envía un mensaje a “Juan Natación” y se ponen de acuerdo para comenzar la semana siguiente.

El precio por clase le parece bien. Aunque es cinco veces mayor, la piscina va aparte y debe pagarle en efectivo. Acuerdan verse en la piscina municipal de la ciudad.

Llega el día. Van juntos a la piscina, pero primero tienen que darse de alta. Pagan la matrícula y luego deben averiguar los horarios de baño libre. Raúl termina pagando dos matrículas y dos entradas a baño libre, además del precio de la clase.

Todo en orden. A Raúl ya no le importa pagar; está cada vez más cerca de cumplir su sueño.

Ingresan a la piscina, se cambian de ropa y van al agua. Juan Natación se mete dentro con él y le advierte: si el socorrista pregunta, deben decir que “son amigos”, porque no está permitido dar clases particulares allí. Si no, los echarán.

Raúl asiente con la cabeza. Comienzan la clase y Raúl la realiza sin problema. A los 15 minutos, llega el socorrista y les dice:

—Hola, pero está prohibido dar clases de natación. Esta piscina es concertada y tenemos nuestros propios cursos. Les voy a pedir que se retiren.

  1. Encuentra una plataforma con más de 20 perfiles.
  2. Elige a un instructor con experiencia y buenas reseñas.
  3. Coordinan por mensaje y acuerdan verse en la piscina municipal.
  4. Raúl paga matrícula, entrada y clase (todo por separado).
  5. Al empezar, el instructor le dice que finjan ser amigos porque no está permitido dar clases privadas en esa piscina.
  6. A los 15 minutos, el socorrista los echa.

Resultado: frustración, pérdida de tiempo y dinero.


🌍 Esta realidad se repite en todo el mundo

En muchos países, el sistema de enseñanza está desactualizado. Las piscinas públicas no están preparadas para ofrecer atención individual, y los instructores independientes no tienen respaldo legal ni operativo.

💪 Nuestra misión: Cambiarle la vida a Raúl

Founders DF SWIMMING ACADEMY

Estas dos situaciones se dan a menudo en España. Y no solo en España, sino en todo el mundo. Es por este motivo que muy pocos adultos saben nadar en la actualidad. En los países con menos recursos hay menos piscinas, y las pocas que existen suelen ser muy costosas. Solo quienes pueden permitirse pagarlo tienen realmente la posibilidad de aprender a nadar siendo adultos.

Aprender a nadar es un deseo intrínseco en el ADN humano. No hay una sola persona adulta que no haya deseado alguna vez saber nadar. En primer lugar, por supervivencia. En segundo lugar, por la ilusión de disfrutar de un lago, del mar o de una piscina. En tercer lugar, por estatus. Sí, en el siglo XXI, saber nadar también otorga estatus social.

Muchas personas han mejorado su círculo de relaciones al empezar a nadar, han conocido personas interesantes y, en algunos casos, incluso han conseguido mejores puestos de trabajo gracias a esta práctica. La natación no es solo una habilidad técnica; es una puerta a nuevas oportunidades, a mayor confianza personal y a una vida más activa, segura y plena.

Y sin embargo, aún existe una brecha enorme entre quienes desean aprender y quienes tienen acceso a una experiencia educativa digna, humana y adaptada a sus necesidades reales.

Por eso existe DF SWIMMING ACADEMY. Para cerrar esa brecha. Para transformar esas historias frustrantes en historias de éxito. Para que cualquier adulto, sin importar su edad, condición física o experiencia previa, tenga por fin la posibilidad real de aprender a nadar —con respeto, con acompañamiento, con método y con sentido.

DF SWIMMING ACADEMY nace para resolver esta desconexión. Creamos un ecosistema donde:

  • Los instructores reciben formación, respaldo y herramientas.
  • Los nadadores encuentran instructores calificados, seguros y comprometidos.
  • Se eleva el estándar de enseñanza a nivel global.

Aprender a nadar es un derecho, un sueño, y una necesidad humana. Es supervivencia, disfrute y hasta status. Y tú puedes ser el guía que lo haga posible.

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